Comiendo en paradores colombianos

Comiendo en paradores colombianos” nos habla de lo tradicional que es en Colombia comer en restaurantes de carretera.

Asadero en carretera colombiana
Asadero en carretera colombiana

En Colombia, paseo o salida «que se respete» con la familia o los amigos siempre está acompañada de las típicas visitas a los paradores de carretera.

Comiendo en paradores colombianos es una visión de la experiencia que implica comer en ellos.

Sea en vacaciones o los fines de semana, al recorrer Colombia nos vamos topando con historias que cuentan sus platos.

¿Y qué serían de las carreteras colombianas sin los paradores?

Paradores colombianos, espacios de cultura y gastronomía colombiana

Estos espacios son amigos siempre dispuestos a ofrecernos un plato de comida.

Caminantes, familias, conductores y choferes de bus pueden confirmar el alivio y la ilusión de muchos viajes, gracias a ellos.

Los paradores de comida colombiana están por todas partes y a través de ellos se puede conocer gran parte de la idiosincracia colombiana.

Paradores colombianos, mucha variedad y muchas posibilidades

Con sus frutas exóticas, con su comida típica, con su música latina y tropical, desde que te bajas del vehículo hasta que vuelves a retomar tu viaje.

Los paradores colombianos dejan un delicioso sabor de boca, nunca mejor dicho ;P

Interior de un asadero colombiano
Interior de un asadero colombiano

Los paradores colombianos de carretera forman parte de las historias familiares.

Parar en un parador es sencillamente parte «del plan» emocionante con el que podemos pasar un buen rato y comer de maravilla.

Un parador es un destino más para los colombianos.

Y en muchas ocasiones, es imperdonable viajar a la finca de los amigos o a la casa de campo de la abuelita, sin parar en alguno de estos maravillosos recintos.

Los paradores son el alma de muchas de las rutas que se acostumbran a tomar por parte de los viajeros.

Desde desayunaderos, hasta espacios especializados en postres

Un merengón colombiano, Vibra.com

Es imperdonable no parar a desayunar en uno de ellos, o comerse una longaniza de esas «como Dios manda» por Boyacá.

Tal vez con mucha grasa de por medio en esa oferta gastronómica y condimentos, pero dejarán en nuestras caras una sonrisa que bien merecerá la pena..

Ni qué decir de un delicioso postre – aunque nos ganemos 1 kilo de más -solamente por llegar a esa experiencia sublime e inigualable de unas brevas con arequipe o de un postre de natas  (que hace desfallecer).

Sin mencionar a todos aquellos que viajan más por comer en los paraderos que por desconectar el fin de semana….

Comida tradicional y comida de mercado a la orden del día

Arepas en desayunadero colombiano
Arepas en desayunadero colombiano

La última vez que estuve comiendo en un parador, íbamos de viaje a la laguna de Chingaza y en el camino paramos a desayunar.

Salimos tan temprano que la única opción era comer por la carretera.

Nos detuvimos a las 8:00 de la mañana para comer arepas boyacenses con café, algunos pidieron caldo con papa y los más valientes tamal.

La atención del lugar fue muy buena, como es muy común en Colombia.

Tuvimos la oportunidad de tomar algunas de estas fotografías y dentro del grupo como decisión unánime, decidimos a la vuelta volver al lugar.

Simplemente para repetir o para llevar algunas de esas delicias colombianas a casa.

Los paradores colombianos son todo un símbolo de carretera.

Muchos tienen horario extendido y es usual que los habitantes de las grandes ciudades prefieran ir a comer en ellos como excusa para dejar el bullicio interminable de ciudades como mi querida Bogotá…

Esta es una de las cosas que más se extrañan de Colombia.. las salidas de los domingos por la tarde a comer mazorca asada por ejemplo… y no es que sea un ritual obligado este día de la semana.

Pero son esos pequeños placeres de la vida los que no requieren de mucho dinero, están al alcance de todos los bolsillos y mientras tanto, se puede disfrutar de las hermosas vistas con tranquilidad.

Explosión de calorías en un solo lugar

Mazorca en carretera colombiana
Mazorca en carretera colombiana

Es muy común encontrar en estos lugares la clásica fritanga.

Que suele sobresalir por su alto nivel calórico y que recuerda parte de las raíces culinarias.

Aquellas que trajeron los españoles y que aún hoy en día mantenemos vivas como parte de nuestra gastronomía.

El palacio del colesterol” (como le llamamos en el país a los lugares que venden fritanga) aporta una oferta gastronómica muy variada.

En ellos podemos encontrar: desde longaniza, hasta morcilla, chorizos, caldos y sopas de diferentes tipos, papa criolla, plátano asado, papa sabanera, varias versiones de arepas, diferentes tipos de carnes asadas y muchas cosas más.

Muchos de estos platos se disputan un puesto en las mesas de los comensales con bebidas tan comunes como la cerveza, el refajo, zumos de frutas, aguardiente y muchas otras bebidas.

Pequeños placeres gastronómicos

Pero una de las cosas que más disfruto de estos sitios, es el poder encontrar «el ají berriondo» (que hace llorar hasta los más valientes).

Es que con una pequeña porción recordarás esa sensación de ardor durante toda la tarde…

El ají es algo muy arraigado a la comida colombiana y es bastante común comerlo con empanadas típicas colombianas.

*Nota: Berriondo es solo un adjetivo que – en este caso en Colombia – podría dar énfasis a la intensidad del ají (en realidad no existe ninguno que se llame así 🙂

Por último, para terminar este pequeño viaje, aquí les dejo el hermoso paisaje de la laguna de Chingaza (cómo no lo iba a compartir)… si es un lugar extraordinario para  desconectar.

Laguna de Chingaza
Laguna de Chingaza

Gracias a mi hermano y a mi amiga Marta por aportar el material gráfico y hacer a todos partícipes de esta experiencia 🙂

¿Y a ti, qué es lo que más te gusta de los paraderos de carretera?

¿Tienes anécdotas para compartir con nosotros?

8 respuestas a «Comiendo en paradores colombianos»

    1. Nooo Margoth, ¡tienes toda la razón! Todo lo que mencionas es súper tradicional y hay que agregarlo a la lista. Te invitamos a que estés atenta porque hablaremos sobre esto también 🙂 gracias por tu comentario.

  1. Monica, estoy de acuerdo contigo, es dificil ignorar el humeante olor de los chorizos, o de la longaniza y aun mas!! El olor
    De las arepas cuando pasas por estos lugares. Recuerdo mucho los paradores de I Ibague en la via al rancho.

    1. Carmen Rosa que alegría que te has animado a hacer un comentario, es verdad, el olor de la comida en las carreteras de Colombia es maravilloso 🙂 y la combinación arepa + chorizo es todo un clásico colombiano..

  2. ¡Recuerdo uno cerca de Bogotá donde comí una carne estupenda y papa criolla! creo que se llamaba José Dolores o algo así. Luego me llevaron a comer un postre en Sopó. ¡Què domingos maravillosos!

    1. Ernest que bueno que te acuerdes del lugar! Es verdad que José Dolores ha sido bastante conocido y los postres de Sopó, son «un básico» los domingos por la tarde cuando se quiere postre fuera de Bogotá. Muchas gracias por compartir con nosotros tu deliciosa experiencia 🙂

      1. Es cierto, aunque el asadero de Jose Dolores lo pasaron a la Carrera Central del Norte Km.12 Yerbabuena, Sindamanoy, Via Briceño. en un lote mucho mas agradable

Deja un comentario