Jugos de frutas

Jugos de fruta”, habla sobre lo que significan estas bebidas en América latina.

Desde que tengo memoria, crecí viendo a mi madre y mis abuelas como preparaban deliciosos jugos de frutas, para ellas la licuadora (como se le llama en Latinoamérica) ha sido uno de los grandes inventos ya que con esta se pueden transformar las frutas en los más exquisitos jugos. Me siento muy afortunada de haber podido disfrutar durante años de los cuidados de ellas y del amor que transmitían a través de estos.

La realización de un jugo es algo muy sencillo, sólo necesitamos frutas, azúcar, agua o leche si queremos que sea más espeso y con un toque diferente pues el sabor cambia dependiendo de la fruta elegida (aunque nutricionalmente parece que no es aconsejable mezclar la leche con la fruta).

En general, teniendo en cuenta que la medida de la licuadora es estándar, el proceso para que el jugo quede bueno y tenga bastante sabor a fruta es el siguiente:

1)   Verter la fruta cortada en pedazos y que esta ocupe casi la mitad de la licuadora.

2)  Añadir azúcar al gusto de cada uno, pero por mi parte yo agrego de 3 a 4 cucharadas grandes.

3)  Agregar agua hasta completar el litro.

4)  Licuar hasta que la fruta esté totalmente disuelta, cuidando de que la licuadora no se recaliente.

5)  Por último colar las semillas y/o la cáscara.

¿Parece sencillo cierto? ¿Y lo es! Lo único que hay que tener en cuenta es que cada fruta es diferente y dependiendo de sus características habrá que pelarla o separarla de su semilla (si esta es muy grande, para que no se estropee la licuadora). Como este zumo de Guayaba 😉

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